LA PRESIÓN INTRAOCULAR A PRUEBA
El día 12 de Marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, segunda causa
de ceguera irreversible en los países desarrollados, motivo por el que el
Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia, en su interés
por colaborar en el cuidado de la salud visual de la población, desea informar
sobre uno de los factores de riesgo más importantes de esta enfermedad, la
presión intraocular alta.
Aunque
el glaucoma es una patología que debe ser diagnosticada y tratada por médicos
especialistas, la mayoría de los ópticos-optometristas realizan pruebas de tonometría
de forma generalizada en sus exámenes visuales rutinarios, puesto que valores
elevados de la presión intraocular suponen mayor riesgo, pero no siempre
definitivo para su desarrollo.
“Es
conveniente aclarar que existen diferentes tipos de glaucoma y que son varios
los factores de riesgo de esta enfermedad, por lo que es necesario acudir al
médico especialista para descartarla por completo, sobre todo cuando existen
antecedentes familiares de glaucoma”, según Dª Ana Belén Almaida Planes,
Presidenta del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de la Región de Murcia.
Se
estima que el glaucoma afecta alrededor de 1 millón de personas en España.
Aproximadamente la mitad desconoce que pueda estar afectada, esto es porque en
la mayoría de ocasiones, el glaucoma no produce síntomas hasta que la patología
está muy avanzada y el nervio óptico muy afectado, provocando una pérdida de
visión irreparable. De ahí la importancia de la realización de revisiones periódicas
que podrán permitir un diagnóstico precoz
y tratamiento en sus estadios iniciales por parte de médicos especialistas, que
podría evitar un 95% de los casos de ceguera.
La
edad, factor de riesgo
Aunque el glaucoma
puede aparecer a cualquier edad, lo cierto es que el riesgo aumenta a partir de
los 60 años con una incidencia del 2,1%, cifra que asciende al 2,3% en personas
de 60 a 69 años y, una vez pasados los 70, alcanza el 3,5%.
Pero además, existen
otros factores de riesgo que favorecen el desarrollo de la enfermedad en uno o
en ambos ojos; como la diabetes, la presión intraocular alta, antecedentes
familiares de glaucoma, miopía elevada (mayor de 5 dioptrías), hipertensión
arterial o estar medicado con corticoides.
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